jueves, 21 de marzo de 2013

Sindrome de Ochoa... y no es del Portero


¿A veces te han dicho que parece que estas llorando cuando realmente estas riendo? ¿O quizá te han pedido que te rías y por más que haces esfuerzo parece que tienes cara de muerto?, entonces siéntete bienvenido al selecto grupo de personas que padecen el Síndrome de Ochoa.
El síndrome de Ochoa se caracteriza por la asociación de graves disfunciones en el vaciamiento de la vejiga junto a una expresión facial característica. Se han descrito alrededor de 100 casos hasta la actualidad. Los pacientes del síndrome de Ochoa presentan incontinencia, infección del tracto urinario e hidronefrosis. La disfunción en el vaciamiento de la vejiga es el resultado de una uropatía obstructiva. Alrededor de dos tercios de los pacientes sufren estreñimiento grave. Asimismo, se han descrito casos con criptorquidia.
El característico dimorfismo facial está relacionado con una inversión inusual de la expresión de la cara que se da cuando el niño sonríe o llora. El síndrome se hereda como un rasgo autosómico recesivo, habiéndose mapeado un gen potencial en el cromosoma 10q23-q24. Se puede sospechar el diagnóstico por el reconocimiento de la expresión facial característica durante la infancia. Se pueden usar pruebas urodinámicas, ultrasonografía, gammagrafía renal y cistouretrograma miccional para evaluar la disfunción del tracto urinario inferior.
El tratamiento es sintomático e implica reeducación de la vejiga, profilaxis con antibióticos y terapia con anticolinérgicos y bloqueadores alfa. Puede ser necesario el cateterismo intermitente. Debería tratarse el estreñimiento. El diagnóstico y el tratamiento precoces son esenciales para poder prevenir el deterioro del tracto urinario superior y la insuficiencia renal.
Asi que cuando veas que alguien sufre para reir o parece que llora con extrema facilidad y sin motivo, piensa que puede parecer el Sindrome de Ochoa.

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